29 enero 2006

Cuenta Gatos



Hay una historia interesante detrás de cada persona; por más que se diga que a vida no tiene sentido: Eso es un error.Claro, no siempre el sentido es positivo.

¿Puedes saber qué es negativo en tu vida? Aceptar culpas, mirar mal a cualquiera sólo por ser cualquiera, desear morir... Son cosas negativas, y como dije antes hay vidas llenas de esto.

La cuenta gatos

Corrían los años 50´s cuando Sofia ya había sido violada unas ocho veces por ancianos que aun podían hacerlo. Su madre, Josefina, la vendía a todo aquel que tuviera los pesos sufientes y la edad necesaria para no preñarla. Cuando les entregaba a Sofia, también les daba las llaves de una bodeguilla hecha de madera, ahí ella guardaba todas las rejas de cerveza que después llevaba a su negocio. Como no ganaba lo sufiente necesitaba más entradas de dinero...

Uno de esos días la hermana pequeña de Sofia se interesó por saber que hacía su hermana en la bodega, ella se acerco silenciosamente para espirar por las rendijas. Habia muchas rejas y embases tirados; se le dificultaba ver pero veía el cuerpo de un hombre arrodillado y jadeando, como a cualquier niña que no puede imaginar lo horrible de una violación, el suceso le provocó risa. El hombre que proseguía en su tarea alcanzó a escucharla y se levanto de golpe, abrío la puerta y salió casi corriendo mientras se abrochaba los pantalones.

Josefina se dió cuenta de lo ocurrido y como castigo ejemplar, para la más pequeña, ya le buscaría comprador. Ella nunca tuvo temor de dios, ni aquel día que empezó a cobrar por sus hijas, ni cuando mentía en las confesiones de la iglesia; cuando sintió el peso de la edad se volvió una mujer muy católica, tan devota y tan activa en la iglesia que todo el mundo creyó se había arrepentido de sus pecados.

Pocos en su familia supieron la verdad, se le dijo a todos que ella siempre fue una muy buena madre, de esas mujeres luchonas que buscan el bien para sus hijos. Lo cierto es que cuando se cansó de los machetazos en la espalda huró a la ciudad y abandonó a sus hijos varones en el rancho, dejó a Sofia y Ana con el abuelo y a la bebe de meses la regaló. Por azares del destino todos los hermanos se reencontrarón y la encontraron a ella, cuando tenía una tienda, con bodega, y vendía cerveza cerca de unos campos de beísbol.

Ya de vieja Josefina arreglo una vida falsa y mártir, cuido a otros niños. Pero, en la gran ciudad, es más difícil prostituir niños sin que tus vecinas se enteren y te miren feo. Se pasa los días con dolores de huesos mirando una televisión de 27 pulgadas en su pequeña casa de material y recibiendo mes a mes dinero de los unicos niños que le guardan gratitud.

Camina lentamente por las reumas, pero su lengua se mueve muy rápido todavía, Sofia y Ana la siguen visitando y aún no pueden evitar llorar cuando regresan a sus casas, tanto dolor fue el que esa vieja mujer les causó, que no es facíl de olvidar.

Jofena no perderá hasta que se muerá sus malos hábitos: eruptar, mentar madres y contar cuantas personas desconocidas pasan frente a su casa, y cuantos gatos se brincan la barda.

2 comentarios:

Dummiest popcorn girl in the world dijo...

Me gusta =) Ojazo con las faltas comanche, nomás eso...y... de repente, al principio pensé que se iba a parecer a La Cándida Eréndira...pero nomás no x)

Sugoi coma, más cuentos!!

Púrpura dijo...

Simon coma..por esco no saque diez en redacción... :(
Gracias como quiera :)